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Carrito

En todo proceso en la vida, podemos distinguir tres momentos en el flujo de la energía, que está en eterno movimiento. Así, percibimos un inicio (lo cardinal), un momento de estabilización (lo fijo) y luego uno de transformación (lo mutable), que decanta finalmente en un nuevo inicio. Tanto en la naturaleza, como en la astrología, se expresa ese flujo energético en cada uno de los cuatro elementos, formándose así, los doce signos del zodiaco.

En el caso de tener planetas en grados similares, pero en signos de una misma modalidad (C-F o M), tendremos esos planetas en cuadratura (aspecto de 90°). Las cuadraturas en general, son complejas de procesar, pues están relacionadas con un elemento difícil de lidiar para nuestra consciencia dual: las paradojas. Éstas, son hechos o ideas, que desafían a la lógica común, pues contienen contradicciones difíciles de reconciliar.

Este año hay un énfasis en los signos fijos (Tauro/Escorpión – Leo/Acuario), pues además de los nodos de la Luna, recorren estos signos Júpiter y Plutón, por primera vez en 12 y 147 años respectivamente. Entonces, los signos cuyo desafío es darnos estructura y sensación de seguridad, son los anfitriones de planetas que traen expansión, confrontación y cambio profundo.

Durante todo el 2021 y parte del 2022, tuvimos el desafío de integrar las complejidades de la cuadratura entre Saturno en Acuario y Urano en Tauro. Una de las paradojas que se manifestó través de ésta, fue la necesidad de reconciliar la generalizada idea que – para crear cambios contundentes, se necesita mucha experiencia y una base estable – y al mismo tiempo atender el llamado urgente a una acción creativa que nos sacara del estancamiento. Este aspecto exacerbó en nosotros las diferentes motivaciones de estos planetas (estabilidad y cambio, respectivamente), generando tanto dentro, como afuera, bastantes inseguridades al momento de tomar elecciones importantes.

Ahora, y más aún este mes, tenemos la presencia de una potente cuadratura entre Júpiter en Tauro y Plutón en Acuario. Uno de los aspectos de esta cuadratura es querer y saber que el cambio es necesario, pero creer que no sabemos lo suficiente, o no tenemos lo que se necesita para llevarlo a cabo. Esto termina por paralizarnos y dejarnos en una sensación de frustración.

Aquí lo que está mutando, y nos presenta desafíos, es la manera en que estamos siendo llamados a participar en el mundo. Desde el punto de vista de su ciclo, Júpiter completó una vuelta por el zodiaco que comenzó el año 2011, donde tuvo la oportunidad de aprehender a través de experiencias concretas, las doce cualidades zodiacales. Esto es, que desde la perspectiva de nuestros aprendizajes psico-emocionales, hemos finalizado una vuelta de la espiral. Ahora nos podemos afirmar en nuevos talentos y entendimientos, pero Plutón nos preguntará por la semilla ecosocial de esos aprendizajes ¿Qué puedo entregar – en reciprocidad a la tierra – a cambio de mi expansión?

En nuestra vida personal, estas tensiones se pueden manifestar como crisis de transformación, donde nos sentimos tironeados por diferentes responsabilidades, afectos o necesidades que se nos presentan como contradictorias. En ocasiones, estas configuraciones también pueden provocar un aceleramiento de ciertos procesos en nuestras vidas. Cuando sentimos que una situación “nos supera”, es probable que el marco (mental, emocional, cognitivo, etc) ya no sea suficiente para comprenderla. Ese es el llamado a hacer el cambio de perspectiva antes que continuar haciendo lo mismo de siempre, sin los resultados esperados. Posicionarnos desde un lugar completamente diferente para observar el conflicto, nos permite vislumbrar los caminos para una acción más coherente con lo que sentimos.

En la consulta astrológica me encuentro a diario con este tipo de situaciones paradojales, donde diferentes aspectos internos nos piden atención y energía simultáneamente. Para trabajar estos desafíos de manera concreta, primero es necesario tomar consciencia de la energía a la que más damos atención.

A modo de ejemplo, imaginemos que tienes una cuadratura entre Mercurio en Virgo y Marte en Sagitario: ¿con qué energía te identificas más? ¿Con tu necesidad de organización y estructura definida o con tu necesidad de acción espontánea y aventura? Pues es probable que una de ellas tenga más preponderancia en tu carácter. Sin embargo, esto se vive como una tensión interior, pues una parte de ti queda ignorada, bloqueada o menos atendida.

En la medida que vamos profundizando en nuestro proceso de autoconocimiento, vamos encontrando las herramientas para integrar de manera creativa estas tensiones. Los aspectos dinámicos generan patrones de conducta repetitivos. Por eso es importante trabajar sobre nuestras cuadraturas u oposiciones, pues es uno de los principales focos de atención y tensión en nuestra vida cotidiana.

Lo interesante de las cuadraturas es que, generan tanta tensión interior que en cierto punto necesitamos encontrar una forma de expresar estas energías que se viven como polaridades. Y es justamente desde ese espacio de incomodidad o vacío que surge una creatividad muy auténtica, que abre nuevos espacios en nuestro Ser y su Hacer.

Conocer, comprender, sentir y hacer dialogar nuestras energías natales, nos permite entrar en contacto con dimensiones hasta ahora desconocidas de nuestra trama interior. Nos ayuda a abrir nuevos canales perceptivos, e ir tejiendo nuevas narrativas sobre nuestra propia historia.

Si llegaste hasta aquí, te invito a conocer mi propuesta de acompañamiento integral, donde el mapa natal se transforma en una verdadera guía de autoconsciencia y expansión de los propios límites.

Abrazos cósmicos!

Mónica Sagredo G – Astrología y Facilitación Ecosistémica