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Carrito

El pasado fin de semana, el Sol entró al plácido signo de Tauro. Al momento de entrar, Venus ya se encuentra allí y la Luna está en Géminis. Este es un tiempo para enfocarnos en lo que valoramos, en los talentos que queremos pulir y la manera en que doy sustancia a mis días. Este mes, sugiere poner atención en el propio cuerpo, nuestros recursos y cómo los utilizamos. Pero sobre todo, nos quiere bien enraizados en una sólida autoconfianza, con valor y coraje para realizar los deseos del alma.

Este no es cualquier mes Tauro, pues esta vez, le dará la bienvenida a Urano, que desde el 15 de Mayo, comenzará un largo camino que no recorría desde 1934. Este tránsito, tendrá una duración de siete años, durante los cuales, el planeta de la libertad y la revolución, nos hará actualizar, revisar, renovar o revitalizar estructuras económicas, nuestra manera de auto-sustentarnos, nuestra conexión con la naturaleza y sus ciclos, entre otros. Por lo tanto, este mes de Tauro, se puede sentir como el final definitivo de un largo proceso de cierre de un capítulo en nuestras vidas, y el inicio de uno completamente nuevo.

En este escenario, se cumple simultáneamente otro ciclo. Unos días después del cambio de signo, el 25 de Abril, Marte y Plutón de unen una vez más en el signo de Capricornio. Cada dos años, los regentes de Escorpión cumplen un ciclo y en esta ocasión, ocurre unos días después que Plutón comienza a retrogradar. El pausado tránsito de este planeta no pasa desapercibido. Aunque los cambios que provoca en la vida de una persona ocurren de acuerdo al nivel de consciencia de cada cual, podríamos analizar bajo la luz de Plutón cambios verdaderamente transcendentales en el transcurso de la vida. Plutón simboliza la capacidad de muerte y resurrección. Aquí el cambio de estado es definitivo, se produce una transformación. El lugar que ocupa en una carta astral es un ámbito de experiencia que está sujeto a grandes cambios y adaptaciones. Por esta razón se le asocia a la muerte, el poder y la regeneración. Es lo más profundo y oculto que poseemos, el fuego del espíritu, la semilla. Sólo se puede llegar a tocar parcialmente su totalidad mediante un intenso aprendizaje emocional y espiritual.

Este es un ciclo de confrontación y destrucción de falsas estructuras, creencias, condicionamientos, pautas de comportamiento negativas, para dar a luz una nueva manera de relacionarnos con el propio poder. El llamado es a aterrizar, a apoyar bien firmes los pies en la tierra y abrirse nuevos caminos con el sentido de realidad, que da conocer los propios límites.

Así como Marte representa la dirección de la acción hacia un desarrollo que se expresa generalmente en un nivel externo, Plutón lo expresa a nivel interno, profundo y oculto, incluso para nosotros mismos. El problema es que incluso al visualizar lo que nos impide el crecimiento, muchas veces no queremos hacernos cargo de ello. Se despiertan todos los temores o simplemente la pereza. El lugar por donde transita Plutón en nuestra carta natal nos muestra ese ámbito de la vida donde estaremos llamados a generar una verdadera transformación y renacimiento, aunque por supuesto, puede doler bastante. Plutón destruye todo lo que se opone al crecimiento interno y espiritual, porque para caminar conscientes de su energía hay que entrar en otros dominios, elevar la vibración y depurar lo que nos mantiene apegados. Marte es un aliado de Plutón cuando utiliza la fuerza de voluntad para fortalecer al Yo esencial (el Sol) y sobre todo, cuando se empeña en buscar la integración y resolución de los aspectos más egocéntricos de nuestra personalidad, que generalmente son negados.

La intensidad de la energía ahora es alta. Porque no sólo están presentes Marte y Plutón, también transitan por ahí, Saturno y Lilith. Toda esta energía capricorniana nos recuerda que necesitamos valentía, osadía y confianza en nuestra capacidad de profundizar en la propia oscuridad. Es un tiempo que nos pide mirar para adentro de nuestros sistemas: familiares, culturales, sociales y cuestionarlos. Poner atención a lo que se está considerando como “normal” u “obvio”. Urano, fortaleciendo a los signos de tierra, nos quiere despiertos, con voz y luz propia para aportar a los cambios concretos que se hacen cada día más necesarios.

Las zonas Tauro y Capricornio en nuestro mapa natal, son áreas que se verán llamadas a actualizarse, revelarse de condicionamientos que coartan la libertad de una expresión más honesta y verdadera de nuestros dones. Para ello, es necesario bajar un poco la velocidad con la que comenzamos el año 2018, y detenernos a sentir el tiempo personal. Tal vez es un buen momento para hacer limpieza en nuestros closets (físicos, mentales y emocionales), y que pueda entrar lo nuevo, lo reciclado, lo que ahora tiene sentido.

Comienza un tiempo de más reflexión y menos acción, pues ya hay tres grandes retrógrados en el cielo (Júpiter, Saturno y Plutón). Es un tiempo para mirarse bien, revisar nuestros hábitos, vicios y autosabotajes. Es momento de fortalecer el ímpetu de renacimiento y dar mayor sentido a nuestras vidas. Es bueno tener presente, que la cualidad energética de Tauro es lenta, orgánica, y natural. La rapidez ariana quedó atrás, ahora a sentir el cuerpo y el alma, que nos quieren libres para fluir en la danza espiral de la vida.

Espero tengan todos un hermoso y reconfortante ciclo Taurino!

M.S.G – Astrología Conectiva


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