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Carrito

El mes de Leo es el tiempo ideal para volver al corazón y dejar que aparezca la inspiración.

El Sol acaba de entrar al luminoso signo de Leo, y nos acercamos a su Luna Nueva el 28 de Julio. Cada luna nueva es una oportunidad de reflexionar sobre qué queremos ver crecer en esa energía y en ese ámbito específico, donde tenemos este signo en particular en nuestro mapa natal.

La energía de Leo es vibrante y cálida. Emana su energía desde el centro integrador de nuestro Ser hacia el exterior. Es el fuego interno que nos impulsa a expresarnos creativamente en la vida, a crear nuevos y más amplios espacios para sentirnos a gusto con el presente.

En esta ocasión, quiero compartirte algunas reflexiones que surgieron analizando el mes de Leo, y que tienen relación con el ciclo de Saturno.

Durante el 2021 y 2022, cuando el Sol recorre el signo de Leo, en algún punto tiene que conversar cara a cara con Saturno en Acuario. Estos son años de gran crecimiento y maduración para quienes tienen energía leonina, pues ha sido necesario confrontarse con los resultados de decisiones y cursos de acción tomadas alrededor de quince años atrás (2006/2007), cuando Saturno transitaba por el signo de Leo. Otro momento importante para comprender lo que este tiempo nos revela, se remonta ocho años atrás, cuando Saturno transitaba por el signo de Escorpión (2012-2014).

Hago este alcance, pues Saturno por oposición (aspecto que forma desde Acuario a Leo), nos permite experimentar de manera muy concreta aquello que se gestó por esos años. Saturno es la fuerza interior de seguridad, sostén y persistencia (en correspondencia con la energía paterna), que todxs estamos llamados a descubrir y hacer crecer para construir una vida coherente con quien realmente somos. Su ciclo es de 29 años y sus semi-ciclos y cuarto de ciclo, son tan importantes como su retorno.

Si agregamos además, la energía de cambios, actualización, renovación repentina que se está movilizando en Tauro, con Marte, Urano y el Nodo Norte, es posible que muchos de nosotrxs estemos viviendo un periodo de grandes transformaciones en nuestras vidas.

Estos son momentos para poner consciencia, tanto en los proyectos que estamos concluyendo, cosechando, o en aquello que estamos enfrentando dificultades. El llamado es a enfrentar estos desafíos con madurez y coherencia interna.

Desde otra arista, esta configuración nos habla de la importancia de mirar apreciativamente nuestro recorrido. Si bien, es necesario alcanzar algún grado de objetividad para revisar nuestro pasado y tomar consciencia de nuestros errores, también lo es reconocer qué hemos hecho bien, cuáles son los principales aprendizajes y cuánto tiempo hemos invertido en crearnos nuestra realidad actual.

Durante el tránsito del Sol por el signo de Cáncer, tuvimos la oportunidad de profundizar en nuestras emociones, se nos invitó a rescatar memorias perdidas o enterradas, y como un acto de amor, permitirnos expresar toda la gama de sentimientos, aun cuando esto fuese un acto de máxima vulnerabilidad. Desde ese mismo estado de apertura, el Sol en Leo nos pide honestidad con nosotrxs mismxs y permitirnos cambiar (de forma/rumbo/opinión/etc).

Entonces, darle más estructura y equilibrio a nuestro cuerpo sintiente, para que sea capaz de vencer el miedo a encarnar más aspectos de nuestro potencial, puede ser una de las semillas para hacer crecer en este ciclo.

Por mucho tiempo nos hemos escondido detrás de modas y “curvas normales”, por simple obediencia o deber ser. El mes de Cáncer talvez nos trajo desahogo, y ahora el mes de Leo, nos invita a reestablecer el equilibrio, salir de polarizaciones banales, tomar un lugar concreto y desde ahí atrevernos a experimentarnos (solos y en vínculo) en nuevas facetas.

Mónica Sagredo G – Astrología Conectiva

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