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Carrito

Luna Llena en Libra: Sol/Venus conjunción Quirón en Aries

Estamos ciclando el tiempo de Aries. Un equinoccio siempre marca el inicio de una etapa, donde comenzaremos a poner en práctica una nueva lógica, un nuevo impulso que reafirme los aprendizajes recibidos desde el equinoccio pasado, cuando el Sol estaba en el grado (punto de vista) opuesto (0°de Libra).

La energía ariana es espontánea, despierta, inteligentemente juguetona. La primera infancia es ariana. Ese primer septenio donde comenzamos a encarnar la experiencia de “ser humano”. El inicio de lo que aprendemos como amor, apego, cultura, espiritualidad, etc. Es en este periodo de tiempo, donde se fijan en nuestros cuerpos y mente, los primeras memorias y registros de todo aquello que nos hace sentir alimentados, seguros, protegidos, cobijados por la vida y nuestros cuidadores.

Todxs nacemos con el potencial de ser alguien saludable, íntegrx, amorosx. Sin embargo, todxs en algún grado, experimentamos situaciones que nos dejaron en un lugar vulnerable, pero a su vez, muchos de nosotrxs tuvimos la oportunidad de vivenciar esto de manera (más o menos) equilibrada con el amor, la presencia o al menos una básica sensación de protección por parte de lxs adultxs responsables de nosotrxs.

¿Y qué pasa cuando esos primeros registros son de absoluta vulnerabilidad, ausencias, miedo, angustia o hambre?

¿Qué pasa cuando no hay cuidadores conscientes en lo más mínimo, de lo importante que son esas vivencias para el desarrollo sano de ese ser que está iniciando su vida?

Aries, regido por Marte, también nos habla de ese ímpetu de sobrevivencia, esa energía vívida que nos recorre el cuerpo cuando nuestro corazón se acelera. En un ambiente sano, esta energía se expresa desde el juego o la creatividad, es autoafirmativa, y le gusta compartir lo que aprende. Cuando el ambiente está desequilibrado, carente de calor físico o emocional, es probable que esta energía se manifieste como defensa, ofensa, violencia o frustración.

Ese es quizás el principal desafío ariano, integrar a Venus (oposición en Libra) y la Luna (cuadratura en Cáncer). Sin estos componentes, la energía de Marte no logra desarrollar el verdadero potencial: el coraje y la fuerza necesarias para ser un Yo íntegro en un mundo lleno de otrxs.

La Luna y Venus son la energía femenina, receptiva, maternal, amorosa y cálida (a su manera), y nos pone en contacto con todo lo que nos hace sentir un ser sentipensante, que merece ser protegidx y amadxs. Cuando esto falta, la sensación de desamparo y vulnerabilidad puede ser inmensa.

Ese es el dolor que sienten millones de niñxs en todo el mundo actualmente. Cada día, niñas, niños y niñxs, son abusadxs, violentadxs, abandonadxs. Y esto ocurre dentro de sus casas, en la calle, dentro de las instituciones que suponen protegerlos, un sistema legal que no los considera y que son parte de un gran sistema adultocéntrico que no los incluye ni los siente.

Nos duele la infancia, y cómo no! Si seguimos repitiendo patrones de dolor de cientos de generaciones atrás. Hoy la infancia está herida, porque lxs cuidadores, padres, abuelxs también lo están. Y es ahí, en esa identidad profunda, que se forma en el primer septenio, donde también fueron heridos. Son cadenas que proviene de historias, creencias, estructuras insconscientes (Piscis), que han condicionado por siglos infancias castradoras, y muchas veces, difíciles de sanar.

Es parte fundamental del nuevo paradigma, ser activos en sanarnos y ayudar a sanar las heridas provocadas por la desconexión con el amor, la naturaleza y sus ciclos y la gratitud de estar vivos.

Para quienes estamos en lugares privilegiados, suena aún más fuerte el llamado a hacernos cargo del sufrimiento que nos provocan las experiencias pasadas de dolor. Quirón en Aries, revela lo que Es, lo que hay detrás (o debajo) de cierta conducta o patrón. Nuestro Quirón interno, es esa parte, que, reconociéndose herida, decide aventurarse en el camino del autoconocimiento, autobservación y sanación. En su otra polaridad, podría llegar a ser indolencia autocentrada, que no se conmueve con nada, como mecanismo de defensa. Todxs transitamos pendularmente por ambos polos. Y es nuestra responsabilidad equilibrarnos.

Todos traemos un manojo de llaves dentro, que tarde o temprano sabremos qué puertas abre. En nuestro camino individual y en el plano social, también podemos ser esas llaves en la consciencia colectiva hoy, para que las próximas generaciones sean más resilientes, amorosas, solidarias, y por sobre todo, vivan en mayor amor y bienestar.

Hoy, se reúnen y entralazan varios ciclos cósmicos en un gran mensaje: Es tiempo de abrir el corazón y la mente para dejar entrar nuevas lógicas, donde pongamos en el centro el desarrollo integral de todos los seres. Y que nunca falte el amor para nuestros niñxs.

Mónica Sagredo G – @astrología_conectiva