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Carrito

Energía pisciana – LUNA LLENA EN VIRGO 1º DE MARZO 2018

Hace unos días atrás el Sol entró al último signo de su recorrido por el zodiaco. Cuando el Sol transita por el signo de Piscis, es un tiempo que nos permite realizar una revisión de nuestras experiencias durante el año astrológico que está por finalizar, así como proyectar el ciclo que viene cuando el Sol de equinoccio comience a transitar el signo de Aries.

 “El secreto del eterno retorno consiste en que no expresa de ninguna manera un orden que se oponga al caos y que lo someta. Por el contrario, no es otra cosa que el caos, la potencia de afirmar el caos”   G. Deleuze

Piscis es el signo que tiene por misión integrar, desde el aprendizaje emocional, la experiencia concreta de todas las cualidades que componen este mandala. En esta ocasión, el Sol se acompaña de otros 4 planetas (Mercurio, Venus, Neptuno y Quirón) lo que da al escenario cósmico una gran disposición para cerrar historias, procesos, planteamientos, relaciones, y todo lo que ya ha cumplido un ciclo de aprendizaje y autoconocimiento en nuestra vida. Es un tiempo donde la mente racional se hace a un lado, y le da espacio al sentir, intuir y fluir sin rumbo claro. Es posible que de igual forma, nuestra mente se llene de interrogantes, pero no es el tiempo de decidir aún, sino abrirnos a la reflexión.

Piscis se aleja del plano material y asciende a planos donde cada parte del todo está consciente de su unidad primordial, aunque la mayoría de nosotros, no tenemos la vivencia cotidiana de estar conscientes de estos entramados energéticos. Porque simplemente no alcanzamos a darnos cuenta en el momento presente, de los planos más sutiles que coexisten con los más densos. Sin embargo, tenemos una vivencia inconsciente de ellos, y es tan importantes y estructurante como lo son las experiencias que ocurren a la luz de nuestra mente práctica y racional. Piscis es el pozo infinito donde todas las energías convergen y se transforman. Es el agua universal del inconsciente colectivo y sus regentes nos hablan de sentido y trascendencia.

Hasta el siglo XVIII, sólo se conocían siete planetas. Es decir, siete dimensiones de la experiencia humana, que abarcaban desde Mercurio a Saturno (incluyendo al Sol y la Luna). A partir del descubrimiento de los planetas trans-saturninos, la humanidad comenzó a experimentar nuevas dimensiones de su propia consciencia. Estos planetas (Urano, Neptuno y Plutón), nos abren espacios de integración colectivos, que por su lentitud, respecto al movimiento de traslación de la tierra, se quedan muchos años en el mismo signo, lo que para nosotros significa una experiencia compartida por una generación. Por ejemplo, todos los niños y niñas que nacen entre el 2011 y el 2025, tienen o tendrán en sus cartas natales a Neptuno en Piscis. Esto, de alguna manera, marca una generación con una profunda sensibilidad del entorno social y emocional, e incluso ecológico, de quienes los rodean y aman.

Tanto el signo, como el planeta Neptuno, nos quieren transmitir una experiencia inaprehensible, invisible, pero que al entrar en sus reinos, nos damos cuenta que existe, que simplemente es. No es una cuestión de creer o no creer, porque escapa a la mente mercurial que todo lo explica. Se transforma entonces, en una cuestión de Fe, es decir, una confianza que traspasa la materia e inunda nuestro ser. Es lo que por dos mil años se ha querido transmitir a través de escrituras sagradas de tantas religiones. Pero justamente, lo que Piscis simboliza, es lo que escapa al dogma y se convierte en una experiencia de verdadera redención. Esto es, entregarse al vacío de ser sin Yo, es perderlo todo y continuar fluyendo.

Luna llena Virgo: 01 de marzo 2018 a las 20:52:33 (Stgo-Chile)

En este contexto astrológico, se formará la próxima Luna Llena en Virgo. Se forma en el 11º23’ del eje Virgo/Piscis, en conjunción a Neptuno y en Quincuncio al Nodo Norte en Leo.   

Esta conexión entre el Sol y Neptuno, que se puede expresar en múltiples formas, puede ser contradictoria o paradójica. En primer lugar,  porque nos plantea la expresión singular (Sol) de algo inabarcable y compartido (Neptuno).  Y en segundo lugar, porque la mente consciente, representada por el Sol, se puede confundir entre tantos estímulos y sensaciones neptunianas. Aunque, desde otra perspectiva, la energía mutable de este signo puede permear algunas capas superficiales de lo que llamamos el Yo y ayudarnos a comprender la vida desde el sentido y la misión colectiva que nos plantea. Por supuesto, aquí siempre tenemos la elección de inclinarnos hacia uno u otro lado de la balanza. En síntesis, estos planetas nos invitan a abrir el corazón, aunque eso signifique sacrificar lo más valioso que creemos tener, nuestra autoimagen o idea de lo que somos. A nosotros, los seres humanos, la vida se nos presenta desde la dualidad. Nos somos capaces de comprender y abarcar el Uno, porque no nos vemos, sino es en contraste con otros. Fondo y forma hacen el uno, pero aquí ya comenzamos desde una separación. Una de las dualidades más obvias en las que vivimos, es la que se da entre el cuerpo y el alma, o dicho en otras palabras, entre el cuerpo físico y el cuerpo emocional. Por lo tanto, es natural tener un ego ligado a una identidad determinada, porque nos limita del todo, nos “impone” ciertas experiencias vitales para comprender lo que no se ve, lo que está detrás de lo objetivo y lograr definirnos, y así poder tener una experiencia espiritual en el mundo.

En esta línea, el quincuncio al Nodo Norte, nos plantea el desafío de salir de estados dormidos de la consciencia, donde es probable que nos apoyemos en ideas o sentimientos colectivos (desde el amor romántico hasta los dogmas religiosos), que no nos permiten discernir con claridad y verdadera empatía lo que otros sienten en situaciones donde se da el juicio fácil y la condena social. Es tiempo de madurar como seres que poseen un camino propio, una mirada única y un corazón dispuesto a cambiar de perspectiva.

Es la tierra la que nos da la capacidad de defirnirnos y encarnar el espíritu a través de la forma. La tierra, en tanto elemento, se concreta en un cuerpo, en los objetos, y también, en toda experiencia compartida con otros. Virgo, donde se formará esta Luna LLena, representa esa experiencia terrenal, la del Yo que al conocerse a sí mismo, comprende que es parte de un todo, y discierne a cada momento, qué luz quiere ser en el mundo. Esta luz, son sus actos.

Estos son tiempos que nos reclaman ATENCIÓN! a todo lo que entra en nuestros sistemas (lo que comemos, leemos, hacemos, hablamos, etc) Todo tiene diferentes niveles de vibración, y en un tiempo tan pisciano, es bueno hacernos cargo de lo que generamos en este ciclo de eterno retorno.

Les deseo un reflexivo y armónico mes de Piscis y Luna Llena en Virgo!

M.S.G – Astrología Conectiva

*Para sesiones individuales de coaching astrológico: contacto@astrologiaconectiva.cl