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Carrito

Reconectar con el ritmo de la Tierra

El 19 de Abril el Sol entró al signo de Tauro. Este terrenal signo de cualidad fija, nos plantea la tarea de dar solidez y consistencia a nuestra identidad y en consecuencia, a las acciones que desplegamos en el mundo. Su regente es Venus, el planeta cuya vibración podemos identificar en la belleza de un bosque, el calor de un abrazo cariñoso o la mirada entre dos amantes. Venus es afecto, amor, simpatía, belleza y orgánica armonía. Su cualidad es femenina, es decir, receptiva. Es generosa y su gran fuerza no es bruta.

Aquí, en este lado del planeta, cuando el Sol entra a Tauro, es Otoño, y la cualidad del tiempo nos invita soltar hojas de ruta, tantas veces recorridas. Este signo, como todos los fijos, representa una transición, un pasaje hacia una nueva realidad, que integra nuestra acción pasada (cardinal) y las posibilidades futuras (mutable).

Luna Nueva de Tauro

La Luna Nueva, en cada signo, marca el inicio de un nuevo ciclo de aprendizaje de esa cualidad a través de nuestra propia experiencia. La luna nueva de Tauro fue el 22 abril y se formó en el grado 03º24’. Esta unión del Sol y la Luna, nos invita a tomar consciencia de lo que nos está ocurriendo en el mundo actualmente. Es momento de detenernos a sentir y re-encuadrar nuestra realidad.

Esta luna nueva se da en conjunción a Urano (libertad de ser quien se es, originalidad, creatividad, asertividad), que nos convoca a comenzar un nuevo y revolucionario ciclo de aprendizaje sobre lo que es Ser tierra.
El tránsito de Urano en Tauro (2018 – 2026) tendrá una duración de ocho años, durante los cuales, el planeta de la libertad y la revolución, nos hará actualizar, revisar, renovar o revitalizar estructuras económicas, nuestra manera de auto-sustentarnos, nuestra conexión con la naturaleza y sus ciclos, entre otros. A nivel interno, pone en aprietos toda estructura mental, emocional o física, que de alguna manera bloquea nuestros procesos creativos.

Este es un ciclo de confrontación y destrucción de falsas estructuras, creencias, condicionamientos y pautas de comportamiento, para dar a luz una nueva manera de relacionarnos con el propio poder. El llamado es a aterrizar, a apoyar bien firmes los pies en la tierra y abrirnos nuevos caminos con el sentido de libertad, que da reconocer los propios límites (temas que Saturno en Acuario nos hará revisar).

Este transpersonal (Urano), nos pone en contacto con otro tipo de espiritualidad. No es esa caricatura del viejo sabio (generalmente hombre) que se va a la montaña, medita, es asceta, y casi no tiene contacto con otros seres humanos, sino un tipo de espiritualidad que tiene que ver con las prácticas cotidianas, con la capacidad de colaboración, de cuidar que la vida sea digna y nunca falte lo mínimo para nadie. Así como también, con el desarrollo de un inconsciente ecológico, desde donde emergen los nuevos sentidos y valores.

Algo que nos puede dar la desestructura, aparte de caos, es libertad. Libertad que quizás no sabemos habitar, pues nunca nos detuvimos a pensar qué era y cómo se vivía, hasta que de un momento para otro, nuestra automática manera de funcionar, se ve forzosamente detenida.
Uno de los aspectos más revolucionarios que Urano ya está evidenciando en Tauro, es la masificación y revalorización de una forma de ver la vida desde la unidad, más que desde la fragmentación. Ya contamos con evidencia de sobra, sobre la impresionante interconexión de todo lo vivo, y es por eso que el llamado a «volver» a la naturaleza se hace urgente.

“Esto sabemos. Todo está conectado como la sangre que une a una familia…Lo que le acaece a la tierra, acaece a los hijos e hijas de la tierra. El hombre no tejió la trama de la vida es una mera hebra de la misma. Lo que le haga a la trama, se lo hace a sí mismo.” Ted Perry*

Tauro rige la base material de la vida. Desde la perspectiva del viejo paradigma, se relaciona con nuestras posesiones materiales, aquellas que me dan estatus o sustancia. Pero esa es una manera muy parcial de verlo, pues centra “lo valioso” en lo que podemos intercambiar concretamente, por lo cual, todo lo intangible, es menospreciado. El sistema capitalista, por ejemplo, se mueve en esta lógica, donde lo productivo es lo que genera valor comercial. Todo lo referente a lo reproductivo, es decir, el cuidado básico de la vida humana, incluyendo cuidar, educar y muchas veces sostener el aprendizaje del mundo emocional, queda relegado a la invisivilización. Además, es un hecho cultural que estas tareas han sido realizadas mayoritariamente por mujeres a lo largo de la historia moderna, lo que abre paso a repensar los feminismos como nuevas formas de relación entre humanes.

Por otro lado, también se ha menospreciado el trabajo creativo, sobre todo el artístico, dando preferencia a las labores más intelectuales o prácticas. Urano en Tauro viene a reivindicar la creatividad, en primer lugar, como algo compartido por la naturaleza en su totalidad. No es algo humano, sino algo cósmico expresado, de manera concreta, en todo lo que existe. Esto en la naturaleza lo podemos observar en los patrones naturales como la espiral, ramificaciones y rizomas.

La verdadera libertad no es “hacer lo que queramos”, sino cuestionar los lugares y relaciones de poder o los valores de referencia, y elegir en consecuencia con lo que somos. Comunicar lo que soy a través de lo que afirmo, me da seguridad. No hay que olvidar que Urano, es regente de Acuario, el signo que representa la unión de muchas consciencias actuando en unidad, sin perder su propia luz creativa. Por lo tanto, uno de los desafíos de este tiempo, se relaciona con comenzar a pensar el propósito individual en torno a las necesidades de una comunidad. Incluso hay estudios sociológicos, que han relacionado el “sentido de comunidad” como una fuente de bienestar psicológico y social. Pues para llevar a cabo la transición, se necesitan muchos corazones dispuestos a colaborar con el proceso de desplazamiento de los viejos valores, hacia lo que Guattari nombró como la aparición de nuevos “polos de valorización”.

En la vida tendremos muchísimos ciclos taurinos, y cada ciclo nos habrá regalado joyitas de entendimiento sobre nuestro valor propio, la relación con nuestro cuerpo físico, qué es lo que realmente valoramos y cómo cuidamos de ello. Tauro tiene que ver con el cultivo de la coherencia, experimentar y gozar la vida para afirmar algo con certeza. Esa certeza se la da la experimentación en la materia. Pero antes, hay que atreverse a explorar en lo “no seguro”, el misterio que Escorpión, le propone integrar.

Algo más a tomar en cuenta es que Tauro rige el 5to chakra, de la comunicación. Venus, su regente, durante este ciclo está en Géminis. Este año retrogradará en este signo mutable de aire, completando un ciclo de 8 años (el último fue en 2012). La retrogradación, representa el momento en que nos toca reflexionar sobre nuestros deseos y valores. Este tiempo nos invita a poner en suspensión algunos juicios recurrentes, tal vez hay ciertas creencias (o incluso formas de hablarnos) que este tiempo de cuarentena ha puesto en cuestión, quizás hay amistades o vínculos que sosteníamos de manera automática y que esta distancia obligada deja entrever. Sea cual sea la trama de pensamientos en que los estemos dando vuelta, este tránsito nos re.conecta con el silencio y la flexibilidad necesaria para transformar y expandir estructuras mentales que se han rigidizado.

Desde la perspectiva ecopsicológica…

Tauro opera a través de los sentidos, y sabe perfectamente, que éstos superan con creces, los supuestamente cinco (tacto, olfato, vista, gusto y oído), que la antigua definición de Aristóteles (ciclo V a.c) no dejó, y que sorprendentemente, aún sigue vigente. En contraste hay autores que plantean que son muchos más que cinco, entre ellos Michael Cohen, quien ha identificado hasta 54 sentidos en el ser humano. Esto es significativo en la medida que, al ampliar nuestro conocimiento sobre la capacidad de percepción, también se amplía el mundo que percibimos. Es decir, no podemos separar estructura (el organismo) de la mente que percibe, por lo tanto, el proceso de construcción de realidad, no es la constatación de lo que está ahí afuera de mi (como plantea el cartesianismo), sino un alumbramiento de lo que puedo llegar a percibir desde mi propia estructura. Estas ideas, desarrolladas por G.Bateson, H. Maturana y F.Varela, nos permiten superar la lógica dualista que separa cuerpo/mente, acción/emoción, ser humano/naturaleza.

El cambio en la percepción de la realidad, tanto cognitiva como espiritualmente, es uno de los tres ejes de acción que plantea Joana Macy cuando nos invita a pensar en nuestro planeta como un ser vivo (Gaia) y la necesidad de reconectarnos con prácticas que honran la vida. De esta manera, la existencia ya no es una lucha entre polos, sino una trama de seres, sentidos, percepciones, acciones y sus múltiples manifestaciones, lo que la astrología nos revela de manera tan transparente.

Renacen con fuerzas las preguntas sobre ¿qué hacer? ¿Cómo se cambia? y cada uno de nosotros tiene impreso en su interior, el ritmo que tomarán esas respuestas. Sin embargo, si hay algo que nos convoca a todos, sobre todo en este tiempo, es proponer un cambio a través de la expresión genuina de nuestros dones naturales. Esto es, aquello que damos generosamente y sin expectativas de retribución, cuando es así, se convierte en un servicio para otros. Si aún no se tiene claro cuál es el servicio, entonces podemos comenzar con el autoconocimiento. Mientras más nos conocemos a nosotros mismos, mayor es nuestra capacidad para comprender nuestra verdadera naturaleza colectiva.

Cuando nos atrevemos a cambiar, estamos impulsando una transformación planetaria. Por eso cada proceso es tan valioso como otro. La vida es luz y sombra, nada está demás en este tejido cósmico. Desde este punto de vista, somos afortunados, pues somos testigos y co-partícipes de un gran cambio de paradigma, que les permitirá a las nuevas generaciones realizar la regeneración de nuestro planeta. Pero es ahora cuando debemos empezar a ser consecuentes con lo que logramos comprender.

Les dejo un afectuoso abrazo y mucha fuerza para mantenernos enteros y lúcidos en este tiempo de revolución interna y desestructuración externa!

Mónica S – Socióloga, Astróloga, Coach Integral

Referencias bibliográficas

Fritjof Capra. 1998. “La trama de la vida”.
Félix Guattari. 1989. “Las tres ecologías”.
H.Maturana, F.Varela. 1984. «El árbol del conocimiento»
Joana Macy, Molly Youg B. 2019 «Nuestra vida como Gaia»