was successfully added to your cart.

Carrito

Estamos en días entre eclipses, días intensos que nos dan la oportunidad para tomar consciencia de muchas sensaciones, sentimientos, pensamientos y creencias respecto a situaciones y personas. ¿Desde dónde nos hemos estado movilizando? Eso que antes me hacía actuar, ir hacia adelante, hoy puede parecer insuficiente. Estar en un nuevo escenario, sin la claridad que creemos necesitar, puede provocarnos sensaciones borrosas y confusas.

El Sol fue eclipsado en el signo de la Luna. Son días para tomarnos un té con nuestras emociones más incómodas, que suelen ser las más honestas también.

Marte se acerca a Mercurio en Leo, evidenciando nuestro deseo, que tal vez debe ser pasado nuevamente por el corazón. Porque hoy Mercurio comienza su retrogradación y lo hace unido a la fuerza y la determinación del guerrero, en trígono a Quirón en Aries y en tensión a Urano en Tauro. Estos aspectos nos dicen: presta atención a tu herida, está aquí para recordarte algo. Piensa y conecta con esa fuerza que te hizo alejarte de la inercia una vez, y que hoy te sacude con dudas y cuestionamientos. ¿Qué hacemos ahora? ¿Cómo habitamos esta incertidumbre?

El Sol se unirá al Nodo Norte y se opondrá a Saturno, que junto al Nodo Sur, nos polarizan en un tironeo de avance y retroceso.

Venus en Cáncer en tensión a Quirón nos quiere atentos a nuestras emociones, pues traduce en palabras y gestos lo que la Luna remueve en lo más profundo de nuestras aguas.

Saturno, bajo la sombra del Nodo Sur, nos permite mirar con sospecha el manual de acción para situaciones “como esta”. Pareciera que las antiguas soluciones ya no aplican a lo que el presente me propone. Lo que Venus, el Sol y el Nodo Norte iluminan en Cáncer es la necesidad de darnos y entregarnos al amor con más confianza en el proceso y menos juicios sobre cómo éste debería ser.

Es un tiempo donde podemos tener una profunda conversación con esa voz interior que nos quiere a la defensiva y darnos cuenta cómo sentirnos víctimas de nuestras heridas, a veces nos distraen del verdadero servicio.

La sanación no pasa por sentir que estamos completamente resueltos, sino por asumir que este dolor no es sólo mío, así como tampoco lo es la herida. Pero sí es mi responsabilidad y mayor acto de amor hacia mí misma, hacer de esa herida un aprendizaje de consciencia. Somos parte de una trama mayor, donde estos entendimientos (de cabeza y corazón), son necesarios para el crecimiento del sistema completo.

Una vez que puedo conectar con la necesidad de un sistema, familiar, cultural, ecológico o cósmico, comenzamos a recibir pequeñas intuiciones, goteos de luz, que nos van dando fuerza en el camino. Las ves? Las escuchas? Presta atención! Respira.